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Yecla, Murcia, Spain
Y una tarde de sol me cubrirán de tierra, las manos para siempre cruzadas sobre el pecho. Tú, con los ojos tristes y los cabellos blancos, José Ángel Buesa

jueves, 8 de septiembre de 2016


OTOÑO TRISTE...


Otoño triste como
tantas cosas lejanas
que llegaron a mi con
mis primeras canas,
quizás tu quieras
quitarme mi ultimo amor.

yo he de decirte que
he de morir soñando
el amor que siempre desee
y que nunca conseguí.

Aunque solo sea por eso
mi corazón es un niño
que llora y no quiere salir 
de tus brazos.

lastima de este día sin sol
y melancolía de luna
pálida y sola,
que triste es este otoño
para mi, que amándote,
¡ llega sin ti !

Isidoro O. C.

VIAJES POR LOS RECUERDOS DE NIÑOS.


Yo recuerdo después de los tiempos
acaecidos de aquellos duros años
en que la leche en polvo y el queso que
América nos daba como ayuda sabia a gloria.

Había necesidades por la posguerra 
de la guerra civil de España
final de la Segunda Guerra mundial, 
¡ los tiempos eran muy difíciles !

Los tiempos de mi infancia como los tiempos
de la mayoría de los niños fueron muy cortos
no tuvimos casi tiempo de ser niños,
y los juguetes brillaban por su ausencia,
no teníamos juguetes y los que teníamos
nos lo fabricábamos con latas de sardinas,
alambre y botones como ruedas. Los arcos y flechas 
con cañas, y las pistolas espadas y cuchillos de madera.

Y lo pasábamos muy bien, pero entonces la niñez se 
terminaba muy pronto y antes de ir al colegio muchos
íbamos a trabajar al campo o fábricas como aprendices
con ocho, diez o once años como fue mi caso.

Si que puedo deciros que a los trece años yo ya 
me consideraba un buen oficial del mueble
junto a mi gran amigo Juan Martinez, que Dios
lo tenga en su gloria, fuimos compañeros
de trabajo y grandes amigos hasta que Dios nos separó...

Y pasado el tiempo y siendo  ya un hombre de diecisiete año 
haciendo múltiples viajes, trabajando en Francia 
y estudiando en las horas muertas pude en sociedad 
a los veinticuatro años con dos compañeros montar 
nuestro propio negocio...  

¡ La adolescencia no existió ! pero hoy doy gracias a Dios
por tener la suerte de ser el niño que desee ser y que nunca fui...  

Dedicado a todos mis amigos @ de Huellas poéticas.

Isidoro Ortega Contreras.