EL VIEJO ROSAL.
El frío es invernal y
la nieve con su manto blanco
cubre las praderas.
El viento es muy frío
y se vuelve olvido
a aquel viejo rosal,
lleno de tristeza y
desventura.
Mas aquel rosal no
se olvida que un día
de su sabia nació para ti
un joven rosal,
de frondosas rosas rojas.
Su manifiesta indiferencia,
desafía al temporal
y sus raíces bajo
la tierra reposan.
Es viejo el rosal pero a
pesar de todo, todavía da
sabia sublime a sus rosas.
Pronto volverá la primavera,
y de su viejo tronco
volverán a nacer nuevos
retoños de rosas rojas,
para tu cara, tu pelo y tu boca.
Y así hasta que al viejo rosa
le llegue el día en que muera.
Isidoro Ortega Contreras.
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