VIENTO ENVIDIOSO...
Mi poesía tienen
ramas de oro
y hojas de seda.
Pero un día un
viento envidioso
me las robó.
Triste tomé mi,
pluma, tu eras
para mi un sueño
que tomaba vida,
pero los sueños
solo eso...
sueños son.
Mientras, la musa
de mi se fue yendo
empapada
de tristeza
bajo un cielo de
luna y estrellas.
Isidoro Ortega Contreras.
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