MURIÓ UN HERMOSO ROSAL...
Sus rosas eran de color rojo
su aroma era inigualable,
se despidió de su vida
regalando sus ultimas
rosas rojas de terciopelo.
Su vida fue siempre
intensa y feliz,
vivía enamorado
de una princesa
a la que regalaba
su aroma y amor cada día.
El amor es así, su color es rojo y
su tacto de suave terciopelo,
su aroma es pasión y alegría,
en el no manda nadie.
¡ Aunque a veces muere el rosal y
todo se convierte en tristeza y dolor... !
Isidoro Ortega Contreras.
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