IGUAL QUE UN MENDIGO...
El sigue la luz de todo lo creado,
igual que un mendigo
cuando mira una rosa
delante del cristal
de un escaparate
sabiendo que jamás
podrá ser suya.
Para el, reír no es un lujo
y más cuando sus palabras
de amor escritas se olvidan
en un trozo de papel.
Pero el sabiéndose perdido
sigue su luz, la luz que
le lleve a morir delante
de aquel escaparate de cristal
mirando la rosa que ama
sabiendo que jamás
podrá ser suya.
Isidoro Ortega Contreras.
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