MI ALMA NUNCA QUISO...
Hoy no sé qué respuesta
he de dar a mi otoño,
ni en la noche las horas
que hacen sonar mi nombre.
Atrás quedó
toda mi juventud
y con ella las estrellas
que robé a la noche.
Mi alma nunca quiso
estar antes aquel vértigo
de caminos emprendidos
sin más compañía
que mi huellas de barro
enjauladas a mi cuerpo.
Solo yo soy el pasaporte
de mi libertad,
hijo de mis fantasías
destinadas a
morir conmigo.
Vivo entre letras
que hablan de amor,
de rostros tristes
que en silencio lloran
a través de la ausencia.
Mis letras,
carceleras de pasiones,
corazón valiente
esperanza que desespera
latidos que palpitan,
sonrisa que enamoran.
No te pares a mirar
cual grande es el amor
por que sus lágrimas a veces
son amargas y duelen.
Isidoro Ortega Contreras.
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